Benjamin Anderson sobre las ventas en corto
Cada vez que la bolsa tiembla, los políticos y reguladores atacan una práctica común del mercado bursátil: la venta en corto, que consiste en alquilar activos para vender con el objetivo de recomprar en un período posterior a precios más bajos. Benjamin Anderson, autor de “Economía y Estado de bienestar: Una historia financiera y económica de los Estados Unidos, 1914-1946″, a publicarse en español por Unión Editorial, reflexiona sobre esta práctica en su libro:
Las ventas en corto son uno de los elementos más sanos en un mercado bursátil grande y activo. El oso, vendiendo acciones cuando estas suben demasiado, tiende a mantenerlas bajas y ese mismo oso, para obtener beneficios, compra esas acciones cuando el mercado quiebra. Las acciones caerían mucho más si no estuvieran allí los vendedores cortos comprando para realizar sus ganancias. Una gran diferencia entre la especulación bursátil y la especulación en el mercado inmobiliario debe encontrarse en el hecho de que nadie se anima a vender en corto un inmueble, dado que al finalizar su operación, debe entregar ese inmueble, y no otro, mientras que si vende una acción de General Motors o de la U.S. Steel, puede tener que entregar incluso millones de acciones, pero siempre las encontrará si paga el precio adecuado. El fin de un auge en el mercado inmobiliario y su posterior crac es, en parte por este motivo, un prolongado período de estancamiento, mientras que el fin del auge bursátil se caracteriza simplemente por un menor nivel de precios pero con un nivel de actividad que continúa