El peso argentino de 2014, igual que el rublo ruso de principios de los ’90
Me encuentro con este fragmento de un trabajo de Steve Hanke y Kurt Schuler que describe a la moneda de la ex Unión Soviética en los momentos en que intentaba hacer su transición hacia una economía de mercado.
Al lado de todas las referencias a dicha moneda y dicho país puse, entre paréntesis, referencias a nuestra moneda y nuestro país:
Una moneda mala como el rublo (peso) no es un buen medio de intercambio . El mundo se niega a aceptarlo. Eso impide la muy necesaria inversión occidental en la antigua Unión Soviética (nuestro país, la Argentina). El rublo (peso) inconvertible también impide el comercio exterior, que es necesario para competir con las empresas monopolizadas y establecer una estructura de precios para los bienes y servicios transables competitiva a nivel internacional. El rublo (peso) ni siquiera es un buen medio interno de intercambio dentro de la antigua Unión Soviética (Argentina). Como consecuencia, el trueque es común, y casi todas las transacciones para intercambiar grandes bienes inmuebles tienen su precio y se pactan en moneda extranjera. La falta de convertibilidad externa e interna frena el crecimiento económico.
¿Tenemos nosotros una moneda convertible? No.
¿Tenemos nosotros una moneda mala? Sí.
¿Tenemos nosotros un mercado inmobiliario dolarizado? Sí.
¿Tenemos nosotros Inversión Extranjera? No.
¿Tenemos nosotros recesión? Sí.
Como se ve, las coincidencias sobran. Una última pregunta: ¿a quién le agradecemos semejante logro?