¿Qué es la inflación y cómo afecta a tu bolsillo?

Iván Carrino / Domingo 7 de febrero de 2016 / Dejá un Comentario

Las tarifas de luz subirán un 500%. El gobierno acordó un incremento de 6% para los combustibles. Los sindicatos exigirán aumentos no inferiores al 30%. El dólar se disparó un 40%. Todos estos son titulares que pudieron leerse recientemente en los medios nacionales.

La idea que uno se arma luego de pasar revista por ellos es bastante concreta: ¡todo sube en Argentina!

Efectivamente, así es. Desde hace muchos años que los precios suben de manera permanente. Según un relevamiento del diario Infobae, desde 2003 el asado de novillo aumentó 1.827%, las galletitas “Bagley” treparon 1.341%, el litro de agua se disparó un 1.032% y el pan lactal voló un 1.937%.

Detrás de estos incrementos no se encuentra otra cosa que la inflación, que para la mayoría de los economistas se define como el proceso de aumento generalizado de los precios. En este sentido, si mañana aumentara la carne pero todo lo demás permaneciera constante, no deberíamos hablar de inflación. Sin embargo, si junto con la carne, se eleva el precio del pan, la leche, la nafta y el corte de pelo, entonces estamos viviendo un proceso inflacionario.

Ahora bien, definir de esta forma a la inflación es un tanto problemático. Es que al enfocarnos en los precios, estamos poniendo el énfasis en la consecuencia más que en la causa. En definitiva, lo que nos interesa es saber por qué están subiendo esos precios. En este marco, cobra interés una segunda y mejor definición de la inflación: la pérdida sistemática del poder de compra de la moneda.

Usted podrá preguntarse ¿por qué pierde poder de compra nuestra moneda? Y la respuesta debe encontrarse en un simple análisis de oferta y demanda.

En economía, si todo lo demás permanece igual pero se incrementa la oferta de determinado producto, entonces su precio cae. Esto se puede ver en el supermercado con las frutas de estación. Cuando llega el verano, por ejemplo, la sandía abunda y su precio baja, mientras que en invierno sucede lo contrario.

Con el dinero pasa lo mismo. Cuando la cantidad de billetes en circulación es abundante, entonces su precio tenderá a caer, y una caída en el precio del dinero no es otra cosa que una caída del poder de compra del mismo. Por ello, como decía el premio nobel de economía Milton Friedman, la inflación es un fenómeno monetario, ya que depende de la cantidad de moneda que haya dando vueltas en la economía. Si crece mucho esa cantidad, entonces su poder de compra caerá y los precios subirán. Si la cantidad de dinero se mantiene constante, ceteris paribus (en latín, “manteniendo todo lo demás constante”), entonces el poder adquisitivo del dinero se mantendrá en el tiempo.

Ahora bien, a pesar de que algunos suelen decir que “un poco de inflación es buena”, lo cierto es que la pérdida del poder de compra de la moneda genera una serie de costos para nuestro bolsillo que tenemos que tener en cuenta.

En primer lugar, destruye el valor de nuestros “saldos monetarios”. ¿Qué quiere decir esto? Que si dejamos nuestro dinero en la billetera o en una caja de ahorros, mes tras mes su poder de compra irá cayendo (podremos comprar cada vez menos cosas con esa misma plata).  Es por esto que en economías inflacionarias la gente ahorra en dólares, en otras monedas extranjeras o en los llamados “bienes reales”, como propiedades, oro y hasta botellas de licor.

Publicado originalmente en Creando Riqueza.

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